La verdad es que este 2013 inició con tiempos difíciles para mí y mi familia. Mi esposo fue movilizado a Afganistán por 6 meses. En ese periodo ni ganas tenía de escribir. Mis hijos sufrieron mucho la separación y yo junto con ellos. La angustia de tenerlo tan lejos y en un lugar tan peligroso fue muy grande.
Gracias a Dios, Tom regresó con bien a nuestro hogar el 3 de julio, justo a tiempo para celebrar el Día de la Independencia de los Estados Unidos. Y con apenas suficiente energía para ayudarme a terminar de empacar nuestras pertenencias para mudarnos. Porque el señor, con todo y que estaba a medio mundo de distancia, tuvo a bien aceptar que lo reubicaran en su trabajo civil, al cual tenía que presentarse a principios de agosto.
Y como si mudarse de la costa este al medio oeste no fuera suficiente, también compramos nuestra primera casa. Afortunadamente, nuestra nueva ciudad está a solo 3 horas de donde viven mis suegros, quienes nos ayudaron mucho con la compra de la casa.
Aquí les comparto unas fotos: la bienvenida de mi esposo y mis hijos afuera de nuestro nuevo hogar.
2 comentarios:
Me emocioné con tu post, me alegro mucho de que esten juntos otra vez.
Un saludo cariñoso desde Chile.
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